jueves, 8 de octubre de 2009

Pseudoreflexión apresurada del psicoanálisis


Con el estudio realizado en este trabajo de investigación me he dado cuenta que el psicoanálisis ha estado estigmatizado en un sentido de que se analiza solamente a personas que demuestran perturbaciones no tratables de manera convencional, pero en la practica este estereotipo es equivocado, ya que las premisas fundamentales que constituyen la teoría del psicoanálisis representan un camino de indagación en todo tipo de mentalidad humana de tal manera que es capaz de resolver acertijos provenientes desde un individuo inserto en un estado crónico de ansiedad o tristeza, pasando por quienes luchan contra obsesiones o temores irracionales y padecen de inhibiciones en el terreno sexual, laboral o social; hasta llegar a personas que no logran sentirse satisfechas por sus logros, o fracasan repetidamente en su proyecto de vida, o se ven atrapadas una y otra vez en relaciones destructivas o se han visto obligados a replantear su visión del mundo y de sí mismos a raíz de una crisis vital.

El análisis de la transferencia, entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas, expuestas luego con el médico, capturó mi curiosidad en forma particular pues el desarrollo de la terapia logra consecuentemente revelar y comprender la raíz del por qué se han exteriorizado dichos sentimientos, aspiraciones y emociones. Presentándolos en conclusión con carácter que en su reinterpretación no se discurre angustiosa para el paciente. De esta manera concuerdo con que el psicoanálisis representa una vía resolutiva para el sujeto en conflicto, pues logra exponerlo frente a si mismo para así lograr que éste pueda auto reconocerse e interiorizar de manera lógica la procedencia y solución de su disyuntiva.



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