jueves, 8 de abril de 2010

No puedo mirarte a los ojos, si lo hago muero. Me queman una y otra vez en las llamas del pecado, pues en tus ojos deliro y en tus ojos sueño. Si te miro me pierdo, y me encuentro en un espacio que es solo mío... con la paz y armonía que carezco... contigo. Por eso no puedo mirarte a los ojos, y me ciego en el horizonte para no toparme ni siquiera con la sombra de ese cuerpo tan prohibido, porque si llego a reconocer tus pies, caminaré desde ahí a tu pecho, luego y a tu boca... y me despediré en tus ojos.

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