jueves, 24 de enero de 2013

Fuerte. Ser de fierro.

No sentir es un talento, un arte, una disciplina. 
Construir fuertes no es fácil, tampoco lo es poner trampas; laberintos.
Ser impenetrable cuesta, y cuesta no porque la gente pueda entrar a tu fortaleza.
Eso es imposible, no se gasten en intentarlo.
Cuesta porque es difícil no salir, no ir a mirar, guardar silencio y quedarse dentro.
Cuesta ser fuerte y quedarse dentro de uno mismo.
No sucumbir ante el ruido y el temblor de lo que no te toca.
Ser fuerte y quedarse quieto, tranquilo, sereno.
Quédate, quédate, quédate.
Si quieres salir, ve más adentro. 
Cierra otra puerta, pon otra trampa, enreda el laberinto.
Quédate, quédate, quédate.
No te devuelvas, no mires atrás.
Corre, que no vienen.
Corre, que se apagan.
Corre, que nadie te sigue.
Se fuerte, y no escuches.
Se fuerte, no mires.
Se fuerte, no sientas.
Se fuerte, no llores.
Se fuerte, no extrañes.
Quédate, quédate, quédate
Quédate dentro de ti.
Quédate dentro del fuerte.
Quédate,
y que nadie pueda encontrarte.

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