miércoles, 18 de agosto de 2010

Tu alguna vez amiga II

¡Cuanto tiempo ha pasado desde que este tema paso por mi mente! ¡Crei que lo habia superado pero desafortunadamente no fue asi! ¡Dios, abre mi corazón, abre mis ojos, ilumina mi mente, ayudame a encontar a tu hijo, mi hermano! ¡Que hago, carajo! ¡Qué pasa, Dios Santo! Y pesar que ayer derrochaba tanto amor por el mundo... A las tres de la mañana de un miércoles de Paro Estudiantil, yo me he deprimido de nuevo. La alguna vez amiga quiere dirigirse a su alguna vez amiga: Mujer, ¡que nos ha pasado! ¡Eramos casi hermanas hace poco mas de un año! Han pasado tres meses desde la ultima carta que no te envié, y debo decir que desde ese tiempo hasta ahora, han cambiado varias cosas, ya no odio a tu nueva amistad, y de hecho pienso que yo fui la pieza que no encajaba... No digo que me agrade la nueva simpática cordialidad que ahora nos une a causa de nuestra vida compartida y amigas en común, pero creo que me mata menos que la actitud de estar predispuesta a odiarte como lo hacía antes. Es extraño si, saludarte, besarte en la mejilla y reirme contigo y/o de ti cuando compartimos con nuestras amigas, pero prefiero eso a lo de antes. Veo que cada dia te va mejor, y eso en cierta manera me alegra aunque tambien me deprima por saber que no soy yo la que te hace sonreir. Soy muy egoista, lo sé y lo lamento, pero es que aún no me acostumbro a no ser tu entretenimiento y refugio. Quisiera regalarte todos los bosques del mundo, y todos los rios que cruzan por ellos, para que por las tardes te recostaras en las hojas, o te mojaras los pies en el rio, o te sentaras en la punta de la roca mas alta a admirar las cascadas mas cristalinas que haya encontrado. Quiero darte paz amiga, pero no se cómo, pero sí tengo una idea: Levanto la bandera blanca y te ofresco un abrazo "La paz del Señor esté siempre en tu corazón"

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