lunes, 1 de diciembre de 2008

Catarsis de una ilusa III

Recuerdo cuando mi Loca triste era felíz y solía sentarse conmigo en las nubes a media tarde y me contaba historias sobre la pequeña que cerraba sus ventanas y solo podía despertarla el beso de su sueño hecho realidad... pero yo no quiero despertar, quiero que sueñes conmigo...

¿Me prometes que seguiras rondando en mis sueños?

Sé que es muy patético que me obsesione de esta manera y que puede asquear la melosa manera en la que guardo silencio, pero no puedo evitarlo. Me he puesto ese pegamento que no se quita, y me he sacado el Desapercibido para entregártelo; siempre te ha pertenecido. Espero que no te moleste que esté un poco quemado, pero es que este juego de la indiferencia todos los 6 de los 7, lo tiene un poco triste.

Los tambores suenan más rápido, cada vez que aparece lo que no está ahí, cada vez que la pared toma tu forma, cada vez que me pregunto si me sacarás a bailar...

Tu imagen congelada me da pintura para dibujar las viejas curvas en mi azotea durante todo el día... estoy haciendo ruidos ridículos, considerando que tú ahora probablemente no tienes idea de nada... mañana tienes que asistir a vomitar letras...

Estoy un poco cansada, de que todo sea tan efímero, son sólo cruzamos, en uno de siete números, un par de palabras curiosas, que no suenan, y el resto del tiempo, haces como si yo fuera transparente... caminas directamente a no mirarme.

Todos gritan lo que tu ignoras, talvés no quieres darte cuenta de lo evidente, de que me desesperas como si nunca hubieras salido del sueño...

¿Cuándo las cosas sonarán lo suficientemente alto para que te des cuenta de que tienes el Desapercibido en tus manos?

¿Cuándo podremos bailar juntos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares