lunes, 7 de septiembre de 2009

Catarsis de una ilusa VII

¡Hay olor a huevo podrido! No quiero y no tengo por qué querer... ¿es tan difícil de entender que tienes que insistir sin razón?

¿Por qué hay que ser amable y humilde si la estupidez víctima me hace hervir la sangre? Soy caprichosa, ¿y qué? Mis caprichos convienen al mundo porque los hacen trabajar menos, ¡dejenme ser que yo sé lo que hago! Dame una razón mejor que la mía y te haré caso... Cuando logres superarme entonces acataré tus órdenes, pero antes no, ya te he rebasado. No digo que ya sea grande, pero ya tengo 4 dedos de frente y aunque en parte odio aceptarlo, ¡Ya no soy un bebé!

Lo que hago tiene razones, mejores que las tuyas, más lógicas que las tuyas ¡No es soberbia! ¡Es la realidad! ¡Tengo razón! Como siempre yo y tu no... Es un poco triste, ¿verdad?

¡Hay olor a huevo podrido! Ayer te hice caso, ¡y agradécelo! porque no tenías mejores razones que yo... fui amable y humilde, condecendiente y obediente, complaciente y resignada, pero ¡hoy no! Simplemente no quiero, ese es el caso y lo tienes que asumir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares