martes, 11 de enero de 2011

Celos

Y la ira me posee... porque quiero creer que los cuentos de hadas se basan en la vida real, porque no puedo entender cómo no puedes ver, lo que siento; cómo no puedes proyectar, tus sentimientos. No logro empatizar, con tu miedo, ese sentimiento de realidad, de adaptabilidad a un mundo que te ha enseñado que nada es para siempre. No puedo comprender, en qué momento llegaste a absorber, esas inseguridades que el mundo sin amor difundió a los seres irreales, que por siempre están presentes, en el corazón de los mortales. Quién te convenció, dime, amor, quién te mintió de esa manera, quién te dijo que la amistad no era duradera, quién te prohibió formar un lazo duradero, y encontrar familia en la vereda, qué monstruo te complico la vida, al hacerte fuerte e independiente, lejos de todo lo gregario, apartado de todos los otros humanos, pero cerca, insípidamente. Por qué crees que es bueno, por qué insistes en provocarme celos.

Yo no lo entendía, hasta que me abrí, hasta que dejé de ser borrego, y comencé a ser pastora. ¡Pastora de un cielo verde y un pasto azul! Pastora soñadora que guía a todas sus ovejas, juntas, a un atardecer de color rosa. Y por ser pastora, me pasa, que no puedo odiar y solo puedo seguir recordandote puro, como un niño en su cuna, y estoy atrapada en la esperanza, de que algún día, llegues con tus ovejas, a mi montaña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares