domingo, 12 de mayo de 2013

Es lo mismo

Es lo mismo, fíjate bien.

Se miraron a los ojos sin realmente poder verse. Porque no estaban uno frente al otro. Ella estaba derecha y él estaba de cabeza. Ella estaba en silencio y él no dejaba de exasperarse. Ella no le creía nada y el no dejaba de intentar desesperadamente de ser sincero. Ambos luchaban contra su naturalezaAlgo raro pasaba cuando estaban juntos. Se desesperaban, se desconocían, se mal entendían, se frustraban. Él quería confiar en él, quería creer que era sincero, quería abrirle la puerta a su mundo, pero era él tan distinto a él, tan diferente, tan extraño, tan distantemente cercano. ¿Qué quiere? - se preguntaba con el corazón latiendo muy rápido. Algo sentía en su cabeza que no lo dejaba latir tranquilo. Quería creer lo que él le decía, que lo quería.. De verdad, de verdad que quería, pero No. Era demasiado abrumante su presencia, era desconcentarte, era irritante, era extraña. Y ella le seguía hablando, y preguntando, y abriendole paso en su casa y siempre auto invitandose a la suya... y ella tenía que desviar el tema, para desinvitarla cordialmente, para decirle de a poco que dejara de mentirle... que no le rompiera el corazón... que por favor no jugara con ella.Y entonces una le dice a la otra que no está jugando, que es sincera, que la quiere, que la está amando, que la quiere conocer, que con solo hablar ella estará contenta, que la vida se siente segura cuando está con ella. Y lo que sentían era extraño, era diferente y al mismo tiempo era familiar, era hogareñamente cálido, cómo si se perteneciera a ese sentir, era increíblemente aterrador, y al mismo tiempo se sentía divinamente seguro. Era correcto, era prohibido. Era deseado, era necesitado, y era negado y rechazado. Era ese beso que no podía ser. Era ese abrazo que dura menos que un respiro. Era esa mirada que atraviesa tu alma y llega a tus manos, la toma fuerte y pide con toda calma que te des cuenta que ahí está quien quieres. Era ese sentimiento de no entender, de no saber, de no darse cuenta, de no ver, de querer y no querer seguir sintiendo. Era eso que simplemente es pero no quiere ser. Era eso que debe ser, que es puro pero que no se deja ser. Era eso que los dos necesitaban pero simplemente los dos sabian que nunca podría ser. Una persona sabía que tenía el corazón roto. La otra persona sabía que también su corazón no estaba entero.  Una persona sonreía cuando venía venir a la otra. La otra también esperaba todo el día para encontrarse con la otra. Una persona se enamoraba cada vez que tomaba la mano de la otra. La otra siempre buscaba la mano de la otra. Una persona escapaba de la otra. La persona también quería estar sola. Una persona amaba a la otra. Una persona se enamoró. La otra también se entregó.

Es la misma historia, es el mismo sentir, es la misma situación con pequeñas diferencias.
Es lo mismo, lee bien.
Es la misma historia, es el mismo sentir, en distintos cuerpos, con la misma forma de latir.

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