domingo, 30 de septiembre de 2012

Me cuesta tanto despertar

Me cuesta tanto despertar en las mañanas, ¿sabes? Como si no quisiera abrir los ojos y darme cuenta de que todo ha terminado. Durante el sueño todo es mejor, pues pareciera que ahí nunca me hiciste daño una y otra vez sin importarte ni un poco cómo podría sentirme. Me aferro fuerte a la almohada y despierto abrazada a ella como si te abrazara a ti, como si te estuviera diciendo "¡por favor para de echarle sal a mis heridas!".

Cada noche me acuesto con una emoción diferente hacia ti... Algunas noches siento que eres un idiota, que solo se preocupó por sí mismo todos estos años. Otras noches siento que te amo y que debo dejarte libre, que quizás es lo mejor para ti, porque si yo no soy la mejor, entonces estarás atascado.

Otras muchas siento que te amé y que puedo seguir adelante. Muchas también me acuesto con rabia por sentir que eres un flojo, que no pelea, que no piensa, que no se la juega. Y también muchas otras me acuesto felíz, agradecida por todo lo vivido y con la esperanza de encontrarte de nuevo, o encontrar a alguien más. Pero no importa con qué me vaya a la cama cada noche, cada mañana es igual... Te extraño, y siento angustia porque no me supiste valorar, porque te dí todo lo que era, todo lo que fui y todo lo que podía ser... y junto con ese sentimiento de haber dejado todo a medias siento que olvide quien soy y me perdí dentro de todos los trozos de mi ayer

Siento que quedé con muchas cosas por hacer, por decirte, por decirme... Y hoy pareciera cada vez que no hay vuelta atrás, y yo sé que la gente me habla de ti con una mezcla entre ayudarme y copuchar, pero no logran ninguna, porque saber de ti no me sirve a mi, yo no puedo hacer nada con eso... Me dejaste bien en claro que me quieres lejos. Y no pueden copuchar, porque yo no sé nada de ti... porque por alguna razón que no entiendo, te obedecí... y me aleje de ti, de tu entorno y de tu vida (quizás por eso estoy tan cansada, ha sido difícil resistir leer, llamar, preguntar y quedarse solo con lo ultimo que me dijiste, con ese ultimo mensaje que ni siquiera me dejaste responder)

Pero escondida aquí en mi casa del árbol, con la Casey conmigo, que cada día me levanta como diciéndome que despierte de una vez, no puedo evitar sentir que te llevaste todo lo que era y que hoy me quedé sin nada... Antes era una persona y hoy parece que soy solo un recuerdo... todos me echan de menos y es lo único que escucho todo el día y toda la noche, incluso en mis sueños.

Antes era una persona que la gente admiraba y yo nunca entendí por qué si no era la gran maravilla, pero como no logro despertar de esta pesadilla aún cuando ya estoy levantada la gente me lo ha dicho: Tenía una vida hecha y con un proyecto A  y un plan B siempre bajo la manga, por lo que era ejemplo para muchas. Era siempre javierina, era animadora, era parte del coro, era polola de-, era una de las mejores de mi carrera en la universidad. En mi casa era la princesa de la familia, esa que ríe con mesura y estudia cuando debe estudiar, esa que llega a la hora que corresponde y siempre sabe como debe actuar. Con mis amigas era la voz de la madurez, pues había vivido 10 veces más cosas que ellas. Con mis amigos era la voz de la templanza, pues no importaba cuán horrible estuviera todo, yo no caía en el pánico colectivo y tenia siempre un mensaje de paz. Era para muchos la que no podía corromperse, la que era inquebrantable, la imperturbable... la que siempre sabía lo que debía hacer, cómo hacerlo y también qué decir en qué momento.

Hoy soy solo el recuerdo de todo eso, porque hoy todavía no despierto y estoy vulnerable. Me enfermo constantemente, me asusto por cualquier cosa, he perdido la voz ya 3 veces, no presto atención a lo que me dicen y me tienen que estar repitiendo las cosas. He llegado a acercarme tanto al fondo que me han tenido que llevar de la mano. Y a veces, me encuentro pensando cosas parecidas, por ejemplo, la que se me ha repetido esta semana es el "no quiero pelear más" "renuncio" y bueno... ¿no es la vida una lucha? ¿no nos dicen desde pequeños que las cosas no se regalan? ¿que hay que ganárselas? ¿que hay que pelear por ellas? ¿que la respuesta jamás es no? La gente que triunfa en la vida es porque ha peleado por todo lo que quiere, y si le dijeron que no una vez, lo intenta de otra forma, y si le vuelven a decir que no, descansa y lo intenta de nuevo, porque los luchadores sabemos que cuando el camino para alcanzar el objetivo más nos retrasa que nos acerca a él, no cambiamos el objetivo, sino que cambiamos el camino para llegar a él. No aceptes un No como respuesta. Nunca digas nunca y Jamás digas adiós.

Y es entonces cuando alguien me habla, o me pregunta algo, o me pide algo, o me choca en el metro, y despierto por solo un instante y me pregunto ¿qué te pasó, Milla? ¿En qué momento volviste a ser tan frágil? ¿En que momento la palabra de Dios ya no te hizo sentir mejor? ¿En qué momento volviste a tomar la opinión de alguien sobre ti como todo lo que eres? ¿qué estás haciendo, Milla?

Y no puedo evitar las lágrimas... y duele el pecho como si el corazón me gritara "¡Ya no más por favor!" "La tercera es la vencida". Mi viejo siempre lo dice, pero esta vez no fue así... Quizás la 7 es la vencida - jaja - pero me asusto de solo pensar que puedan romperme el corazón de nuevo... porque la que dice "¡Ya no más!" soy yo... Estoy más rota que cualquiera y más perdida que un recién nacido. He hecho muchas cosas estúpidas cuando he entrado en pánico, porque ya no soy fuerte y ya no puedo más y ha sido muy dificil mirarme al espejo y no tener nada que decirme.

Me cuesta tanto despertar en las mañanas, ¿sabes? Porque sé que aun no puedo, y el mundo avanza, y las pruebas llegan y yo no caigo. Porque odio entrar en pánico y ya no sé como calmarme y eso me está matando. Estoy desapareciendo, estoy durmiendo. Duermo, duermo, duermo porque es la única forma en la que ya no duela el cuerpo, ni las manos, ni los ojos, ni la garganta. Dormir es lo único que quita el dolor que me causaste sin motivo y enmienda todos mis errores. Dormir como si fuera de noche y olvidar, y perdonar, y luchar, y ...

Ya no quiero más. Mi corazón necesita que le den un respiro, porque ya no tengo más vendas. Ya ni siquiera sé por donde empezar, porque se puede vendar el daño, pero jamás lograrás arreglar un corazón. Amor, dime ¿como pudiste ser tan cruel?

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